“La historia detrás de tu
canción”
Por: William O.C.
“Octopus Garden”
Si
quisiéramos hablar de una de esas canciones Beatle que refrescan el alma y
ofrecen cierta paz a nuestro corazón, ineludiblemente hablaríamos del “Jardín
del Pulpo”, una pieza muy al estilo del Sr. Richard Starkey. El contexto
histórico en que surge la inspiración, es sin duda un punto de quiebra bajo el efecto
visible del momento ácido e incómodo en que el cuarteto vivía por aquellos
días. Si nos remontarnos aquel año de 1968, observaríamos que Ringo en
particular, se sentía un poco agobiado, no solo por los comentarios de Paul que
en ocasiones lo desacreditaba en su papel de baterista, sino por la nada nueva,
lucha de poder disputada entre Lennon y McCartney. Es así como Ringo un poco
dolido por esto, decide darse un descanso para respirar otro aire y vacacionar
un poco con su esposa e hijos. Aprovechando una invitación de su amigo el actor
Peter Seller, se va a navegar la Isla de Cerdeña, en el mediterráneo occidental,
ahí en una de las comidas, recibe un platillo de pulpo, algo que no había
solicitado, pero le causa gran simpatía, así que le pide al capitán que le
cuente algo del origen de aquellos curiosos moluscos, este, animado le habla de
la manía especial que tienen estos animalitos de llevarse cada vez que pueden,
cuanta concha u objeto brillante se encuentran en el lecho marino, para
colocarlo luego en frente de su morada subacuática, tal y como se tratase de un
minúsculo jardín multicolor en el fondo del mar, esta idea divertida inspira
instantáneamente a Ringo, quien empieza a escribir este que sería su segundo
tema en un disco del cuarteto, después de la conocida “Don´t Pass me By”,
inserta en el álbum blanco, Ringo la propone para este mismo LP, pero no sería
sino hasta el siguiente año que vería la luz en el catálogo del Abbey Road.
En sus dos
minutos cincuenta de duración se denota el desahogo que siente Ringo por
aquella situación compleja del grupo, sin embargo esto no evita que sus amigos
le ayuden con el mismo entusiasmo a componerla tal y como si se tratase de una
composición propia, es de imaginar que “El jardín del Pulpo” es una de las
consentidas de Ringo y de los que con
aquellas burbujas de colores nos volvemos niños imaginando estar jugando bajo
las olas del mar.
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